martes, 5 de marzo de 2013

Policías de civil intentan asesinar campesino en el paro cafetero

Por Astracatol
 
Además, soldados amenazan de muerte a otro campesino
El movimiento campesino, de organizaciones sociales, acciones comunales, Comité de Cafeteros de Dolores, Asociación de Trabajadores Campesinos del Tolima- ASTRACATOL, gremios del comercio y Asociación de Juntas de Acción Comunal manifiestan la solidaridad con el campesinado doloreño, que se encuentra en paro desde el pasado día 25 de febrero, en el sitio denominado el Cruce de Sanjuán, en la vereda Buena Vista, desarrollando pacíficamente la actividad nacional del paro cafetero.
En el momento que los campesinos llegaron a este lugar, acampando a orillas de la vía principal que conduce al municipio, hicieron presencia unidades de la policía y del ejército, montando un fuerte operativo y rodeando los campesinos que estaban en el lugar el 26 de febrero hacia las 11 de la mañana. Sorpresivamente los campesinos que estaban cocinando fueron atacados con bombas y gases lacrimógenos, causando daños a la salud de la población, entre la que se encontraban personas de tercera edad y niños y niñas. Entre ellos los hijos de una familia que vive en el lugar.
El jueves 28 del mismo mes, elementos armados, vestidos de civil desenfundaron pistolas y encañonaron al señor Ramiro Bazurdo, quien se encontraba a un lado de la carretera, haciendo una necesidad fisiológica. Cuando los campesinos se percataron de lo que estaba ocurriendo, gritaron desesperadamente para evitar que masacraran al señor. La policía, presente en el lugar reaccionó de inmediato, y fue ahí donde nos dimos cuenta, por parte del comandante de policía, que los individuos que estaban encañonando al señor Bazurdo, pertenecían a la policía nacional. El mismo jueves en las horas de la mañana, el señor Miguel Ángel Pórtela se dirigía hacia la tienda que está cercana a la concentración, pasando por el lugar donde estaban los agentes. Dichos agentes lo detuvieron pidiéndole su cédula de ciudadanía anotando el número la de la misma mientras le dicen: “… a usted ya lo tenemos fichado y lo vamos a empapelar”. No contentos con esto, al día siguiente persiguieron, haciendo grabaciones, al señor Pórtela. Tenemos que aclarar que toda la comunidad concentrada en este paro cafetero, es gente de bien, de sanas costumbres, y todos campesinos del municipio de Dolores, Tolima, dónde somos ampliamente conocidos.
El viernes 1 marzo, la policía y el ejército prepararon un ataque contra el campesinado tratando de hacerles una encerrona y atacarlos, con unidades armadas de fusil y lanza granadas. Viendo el operativo, los campesinos y campesinas se desplegaron utilizando sus cámaras de video y evitaron así que los atacaran. En ese momento un mayor del ejército, que se movía con sus hombres en medio de los campesinos y, que llevaba en sus manos una pistola, amenazó y encañonó al señor Abraham Romero, diciéndole que era guerrillero y que se retirase del lugar, sino se tendría que atender a las consecuencias. Seguidamente hacia las 2 pm los agentes de la policía: Héctor Ribera, Henry López y otro que no fue identificado, amenazaron verbalmente al señor Pedro Wilson Hernández Pacheco, presidente de la Junta de Acción Comunal de la vereda San Andrés. A este señor, los agentes lo amenazan diciendo: “… no se le dé nada hijo de puta, ya tenemos fichado a tres incluyéndolo a usted, que los cogemos cuando pasen solitos por Prado”.
Las comunidades hacemos público y denunciamos ante los entes de control: Procuraduría, Defensoría del Pueblo y organizaciones de derechos humanos nacionales e internacionales los hechos aquí narrados, para que intervengan y se adelante una investigación, sobre los maltratos y amenazas, persecuciones e intimidaciones de las que ha sido víctima la población campesina por parte del ejército y la policía. Por tal razón, responsabilizamos a las autoridades policiales y militares de cualquier atentado que ocurra contra de los líderes y campesinos que se encuentran en dicha concentración.
Dejamos en manos de estas autoridades competentes, el derecho a nuestras vidas y a nuestra integridad personal, consagrados en la Constitución política de Colombia; así mismo, si llegase a suceder algún que otro atropello o desaparición de cualquier persona de la comunidad concentrada, en este paro cafetero que se está liderando en el municipio de Dolores, se dará la consecuente responsabilidad.