La masacre
de San Pablo (Sur de Bolivar): Conmemoran los 14 años de la matanza
por Asoción Campesina del Valle del
río Cimitarra
El 8 de
Enero de 1999 fueron asesinadas 14 personas en el casco urbano de San Pablo por
sicarios paramilitares delante de militares y policías, 4 heridos sobrevivieron
a la matanza
La
conmemoración de la masacre de san Pablo es convocada por las víctimas de la
violencia de San pablo sur de Bolívar, la Alcaldía Municipal, Enraizar, la
Asociación regional de víctimas de crímenes de estado en el Magdalena Medio -
Asorvimm, la Asociación Campesina del Valle del Río Cimitarra - ACVC, el
Espacio de trabajadores y trabajadoras de derechos humanos, la corporación
CREDHOS, elL Servicio Jesuitas a Refugiados - SJR y los familiares de la
masacre del 08 de enero de 1999.
La
conmemoración tendrá lugar a partir de las 8 de la mañana en el Parque Central
del Municipio de San Pablo, sur de Bolívar.
La masacre
de San Pablo
Las
víctimas del ocho de enero viven
Recordando
la masacre de San Pablo del 8 de Enero de 1999
Ramiro del
Cristo Ulloa, José Daniel Ayala Avellaneda, Matías Antonio Díaz Martínez,
Samuel Antonio Pardo, Olinto Fuentes Ortega, Miriam Riobo Uribe, Fabián
Ramírez, Luis Alfredo Sereno Ravelo, Rubén Darío Encizo Ulloa, Claudio Liévano
Moreno, Vicente Guaiteros, Reinaldo Jiménez, Ramiro Vásquez López.
Ex alcalde
del municipio, candidato a la alcaldía, profesores, ama de casa, menor de edad,
empleados, jornaleros, campesinos, personas del común que departían en lugares
públicos del día 08 del mes de enero del año de 1999. Y hasta allí les llegó la
muerte.
Apareció
un grupo de paramilitares al mando de Julián Bolívar quienes venían con la
orden expresa de matar a todo el que estuviera en el camino porque hacían parte
de la guerrilla de las Farc. Esa fatídica noche llegaron al puerto del municipio
y entraron por la calle principal donde empezaron el recorrido de la muerte.
Llegaron a los billares “Puerto Colombia” donde masacraron a sus primeras
víctimas, en la calle siguieron con el terror asesinando a transeúntes que a
las 10 de la noche se encontraban allí. Pasaron por la cantina “El Paraíso”
donde dejaron huérfanos, viudas y novias comprometidas; se dirigieron a la
discoteca “Los Espejos” donde terminaron su labor de muerte: terminar de
masacrar otras personas hijos e hijas de San Pablo. Cumplieron su mandato.
Sembraron el miedo y el terror entre la población.
Catorce
años después las familias aún no han tenido respuestas sobre sus seres queridos
y sólo se quedaron con un auxilio fúnebre de $400.000 que les dio la
gobernación de Bolívar para gastos mortuorios.
Las
familias se sienten solas, desamparadas de las Leyes y de la justicia y ni
siquiera han podido dignificar el nombre de sus seres queridos porque el autor
intelectual en versión por la Ley de justicia y Paz anotó que ellos tenían
plenamente confirmado que estas personas hacían parte de las guerrillas de las
Farc.
Es bien
claro la omisión y la complicidad que tuvo esta operación paramilitar con la
policía y el ejército de Colombia porque no defendieron en ningún momento a la
población civil del ataque. Esto lo confirmó también en versión Julián Bolívar.
Que siga
viva la memoria de nuestras víctimas como la llama de la luz que alumbran
nuestras esperanzas.