por Corriente Bolivariana Guevarista
Viernes 21 de junio de 2013
Nos manifestamos no solo para apoyar sus demandas, legítimas, sino para
denunciar con junto ellos el atropello del que están siendo víctimas, más que
atropello de la represión con la cual el gobierno de Santos intenta callarlos
con más de 200 campesinos presos por supuestos delitos de narcotráfico
Comunicado de la Corriente Bolivariana Guevarista: Manifiesto de
solidaridad con movilizaciones del Tibú-Colombia
Como decía Ernesto Che Guevara:
no solo debemos desearle éxito a los demás
sino correr su misma suerte…
La paz de Colombia no puede tratarse de la firma de un tratado de libre
comercio en el que participan dos gobiernos afines al sistema capitalista a
favor de las transnacionales de los alimentos y minero energéticas; como
tampoco podría limitarse a las mesas de diálogos que entablaron Gobierno de
Santos con las FARC en La Habana, Cuba.
Porque el conflicto en Colombia no solo es armado, es social y las
soluciones que se debatan al respecto tienen que ser integrales; reconocer a
los afectados y señalar y erradicar las causas del conflicto: sistema económico
neoliberal que priva de los servicios básicos a los colombianos, salud y
educación privatizada, arrase de las tierras cultivables, bosques, ríos y
reservas forestales por las transnacionales minero energética, sistema político
controlado por la oligarquía y la nueva cultura de la narcopolítica y el
paramilitarismo.
En fin, un contexto social conflictivo que tiene raíces históricas
profundas y que el sacerdote Javier Giraldo señala con precisión e
inteligencia, e irrefutables argumentos, en su carta Al oído de los que
dialogan por la paz
Hoy, cuando importantes organizaciones sociales del Tibú, Catatumbo
(Colombia), que reúnen más de 7 mil campesinos y campesinas, se movilizan para
defender sus derechos a cultivar la tierra y la creación de una Reserva
Campesina con propuesta de desarrollo agrario incluida, nos manifestamos no
solo para apoyar sus demandas, legítimas, sino para denunciar con junto ellos
el atropello del que están siendo víctimas, más que atropello de la represión
con la cual el gobierno de Santos intenta callarlos con más de 200 campesinos
presos por supuestos delitos de narcotráfico (Ley 30).
La violencia en Tibú comenzó desde que hace tres meses el Gobierno dio luz
verde a la supuesta campaña de erradicación forzada de cultivos de coca sin
proponer alternativas sociales y económicas a los campesinos.
Pero lo más grave es que detrás de este supuesto plan de erradicación se
esconde las pretensiones del Gobierno de Santos de seguir entregando las
tierras del Catatumbo a las transnacionales minero energéticas y sabemos cuáles
serán las consecuencias: desplazamiento forzado y pérdida de la tierra, pobreza
y agravamiento del conflicto social.
Fue lo que sucedió en el pasado reciente en Catatumbo. El Estado, dominado
por la rapiña política de Colombia, de la mano con el paramilitarismo ejecutó
masacres y desapariciones en esta región para promover los agronegocios de la
palma aceitera, desertificando la tierra.
Hoy Santos se niega se niega a declarar la Zona de Reserva Campesina del
Catatumbo e intenta sentar a los campesinos con delegados de gobierno por un
lado y con una pistola cargada de miedo por el otro.
Los compañeros campesinos del Tibú y Catatumbo jamás se han negado a
dialogar, pero no en las condiciones que plantea Santos. No con persecución y
masacre, con criminalización de la protesta.
La paz de la que habla Santos en La Habana sigue siendo una paz
condicionada, limitada, sectaria y guerrerista. Para que haya paz en Colombia
se deben atender hechos como lo del Tibú, resarcir a los campesinos, crear
condiciones económicas y sociales para los colombianos pobres, excluidos y
perseguidos, no para las transnacionales.
¡Hasta la Victoria Siempre!
Maracaibo, 21 de junio de 2013
Twitter: @patriadiversa